domingo, diciembre 18

Esto es un juego de niños

Querida Rebeca:

De esos días donde todo empieza con la voz de tu madre diciéndote:

"Iremos a una comida familiar a un hotel"

Y tú no te emocionas más de lo que te emocionarías por el Día de la Raza. En fin.

Todo parecía ser un día como otro, solo que ahora comería sin tener que lavar los trates después, me aferraba a esa idea para no sentirme tan aburrido de ir.

Llegando a un hotel, donde las paredes parecían pintadas por un niño del Teletón con Parkinson, usando una crayola, y su olor era como de viejo que se quedo en la época de no poder casarse con negros; me di cuenta de que no sería tan divertido como pensé, pero al menos tenía alberca. Sucia. Sin agua.

La comida estuvo deliciosa, para ser honestos, fue un rato agradable para mi estomago. Todo normal hasta el momento.
En eso, me informaron que iban a ir unos primos que no veía desde hace ya mucho tiempo, esos primos que son como tus hermanos, con los mismos gustos y edades, que sabes que cuando se juntan todos es un rato ameno por más seguro. Eso me alegro un poco.

Ellos llegaron, terminaron de comer y se pararon, al igual que nosotros, para ir a platicar afuera del comedor del hotel, ahí estábamos, 7 primos, 7 hermanos, según mi punto de vista.

Paso un tiempo entre platicas y risas, contando anécdotas de todo lo poco interesante pero igual divertido que nos había pasado en el transcurso de nuestra separación. Después, de la nada, empezamos con el deseo de explorar el hotel, un deseo se curiosidad como el que siente un bebe en un supermercado, mirando a todo el que pasa a los ojos, y tú no puedes más que regresarle una sonrisa.

Comenzamos por explorar el techo, nada tenía seguro, era como si todas las puertas de ese pequeño mundo estuvieran abiertas, tal como debería ser en la vida real. Exploramos el hotel casi de arriba a abajo, terminando en lugares sucios, otros oscuros, otros peligrosos, como estar en una terraza de 1 metro de ancho sin barandal, en un segundo piso. Nada importaba, solo era curiosidad, sin miedos, sin prevenciones, como debe ser la vida.

En eso, no recuerdo a quien, se le ocurrió una grandiosa  y a la vez infantil idea, "Jugar a las escondidas", al principio parecía un poco soso, pero por otro lado, era un hotel semi abandonado y teníamos todos como 19 años en promedio, eso es como 8 años sin jugar escondidas, o más. Por lo tanto la idea nos gusto a todos,  y comenzamos a jugar todos, sin decir las reglas o acordar un que otra regla que siempre se inventa en casa juego, simplemente empezamos, como si todos supieran lo que  estaba pasando, simplemente las mentes se sincronizaron.

Sin pensar que así terminaría el día de comida familiar, fueron 2 horas, más o menos, de una diversión que hace ya mucho tiempo no sentía, un juego de inocencia, aderezado con bromas entre juegos, fue como volver a ser niño, donde nada te importaba, solo ser el último en ser encontrado.

Termine sudado, sucio, por esconderme en lugares perfectamente escondidos, donde ni una escoba puede llegar, pero al final de todo, muy feliz.

Ese día volví a ser un niño de 18 años.

...

Porque ustedes lo pidieron, lectores imaginarios, Fotos del momento.

Llorando por miedo a salir del closet.

Esta foto inmortaliza el momento perfecto donde el polvo del viejo closet que elegí para esconderme me hizo estornudar. Era el closet de una vieja habitación, como todas, pero estaban abiertas, así que eran de los mejores lugares para esconderse.

I'm sexi but I dont sure of that

No es por presumir, nena, pero soy un chingonaso para esconderme, llámame. El tiempo que tardaban en encontrarme, lo usaba para tomarme fotos en esos baños. Me gusta pensar que soy el primero que se toma una foto en el baño de ese viejo hotel, eso me hace mas Hipster que ustedes, nacostomafotosenelbañodeGale.

Mi necesidad de usar el sarcasmo en las fotos para hacer ver a las chavas que se ven estúpidas haciendo esto, que se confunde con homexualidad

Otra del momento de ocio...
Después de tomarme esa foto, entre la emoción de no ser encontrado en una de las 50 habitaciones, me dieron ganas de orinar, y como volví a ser un niño, pero también seguía siendo el mamon semi-anarquista de 18 años, orine en las camas y en el piso del baño, ¿Porque lo hice? No lo sé y no quiero saberlo. Si, lo sé, me admiran por ser tan chévere. Pero tranquilas beibes.


El hotel equipado con lo  ultimo en artículos de higiene

¿Y como podía dejar pasar la oportunidad de robarme todos los jabones de la rosa y papel de baño posible que encontraba en las habitaciones?

...

Si, fue un buen día. Entrar por las ventanas o por los balcones a los cuartos para saquearlos o escondernos en ellos, explorar todo el hotel, esconderse o morir (O sea ser el que cuenta). 

Ser niño es genial, pero serlo a tus 18 años es mejor.

...

PD1: Mi Diario/Blog/Amiga imaginaria se llama Rebeca.

PD2: Igual también se los cuento a ustedes, amigos imaginarios.

PD3: Me rape. Por si no era obvio.

Pregunta al aire, por que se que nadie la responde:

¿Como me veo con mi nuevo Look?

¡Inseguridad level UP!


XOXO Lectores imaginarios.


Love me do beibe, like The Beatles.

lunes, diciembre 5

Rapidin

Lectores imaginarios. Buenos días.
¿Que creen?, asi es, me enferme.
Y ahora estoy en mi cama sufriendo por no haber ido a la escuela.

Y ustedes que tal? Ya terminaron de poner su puesto de garnachas?

Como sea, si alguno quiere venir a sonarme la nariz para que salgan mis mocos verdes o venir a darme un abrazo, ya saben donde encontrarme.